Desde agosto de 1997, cuando fallecieron en accidente de coche en París Dodi al Fayed y Lady Di, el egipcio Mohamed al Fayed ha luchado contra viento y marea por demostrar que las muertes de su hijo y su posible futura nuera, la princesa de Gales, fueron asesinatos. Ha ido a los tribunales, ha dado miles y miles de entrevistas, ha participado en cualquier foro que le sirviera como altavoz de su mensaje. Cualquier turista podía ver en el sótano de los londinenses almacenes Harrods el pequeño altar que Al Fayed, mientras fue dueño de la mítica tienda, erigió en memoria de la pareja.
El egipcio, a quien nunca le han otorgado la ciudadanía británica ni en los mejores tiempos de Harrods, siempre ha defendido que las muertes fueron el resultado de una conspiración del servicio secreto británico, la familia real británica y el entonces primer ministro del Reino Unido, Tony Blair.Su último intento es Unlawful killing (Ejecución ilegal), un documental dirigido por el actor Keith Allen, muy popular en Reino Unido y padre además de la cantante Lily Allen. Según aclara un portavoz de la productora al diario The Independent, "Keith y Mohamed se reunieron en 2004 y comenzaron entonces la colaboración [parte del presupuesto lo ha aportado el egipcio]. Por supuesto, en el documental hay una entrevista con Al Fayed, pero no es su proyecto, es el de Allen".
Puede, pero seguro que defiende las teorías conspirativas -desde el título ya quedan claras las intenciones- porque el empresario ha anunciado que habrá una proyección para distribuidores y periodistas dentro del Mercado de Cine de Cannes -el más grande del mundo, y que se celebra en las mismas fechas que el festival, que arranca mañana miércoles y se clausura el domingo 22-, y que él mismo asistirá para charlar con quien quiera.
El rodaje de la película concluyó en marzo después de tres años de trabajo. Según el veredicto de los jueces, la princesa de Gales y Dodi al Fayed murieron en un accidente provocado por la imprudente negligencia del conductor del Mercedes en el que viajaban. Pero en Ejecución ilegal se muestra, en declaraciones del portavoz de la productora, "cómo se ocultaron al público pruebas vitales y cómo los periodistas, especialmente los medios británicos, ocultaron sistemáticamente lo que estaba pasando".