Chakín
Decididos a encontrar su lugar, los viajeros encontraron algo más allá de la información de una brújula; a lo lejos, encontraron una estrella donde con una gran ilusión y fe caminaron lentamente hacia ella, pero lo más emociónate fue el trayecto, al ver cómo la cara de satisfacción y de fraternidad se sentía en ese momento, era tan satisfactorio cómo una ave que empieza a dar sus primeros aleteos.
Con la luz en sus manos, iluminaban todo el lugar donde pisaban llenando de alegría las cuencas del abismo, era un sábado diferente, un sábado con un sabor especial, puede ser que no eran numerosos los viajeros, pero aunque no se conocían todos, pareciera que fueran hermanos de toda la vida.
Llegaron al punto medio entre la estrella y la partida inicial cuando empezaron a sacar la emoción “reprimida” durante tantos años, cantaron a medio pero sincero pulmón el himno nacional mexicano, el punto clímax de esto fue unión de todos mediante el símbolo de la paz. ¡Viva México! Gritaron a lo lejos ¡Viva!; ¡Viva Nayarit!
¡Viva! .
Siguieron caminando, cuando llegaron a la estrella llegó el momento de verse directamente a las caras y supieron en fin que la caminata fue un éxito y que la estrella de la esperanza daría pie a un nuevo despertar. Un nuevo movimiento ciudadano. ¡¡¡Nayarit es hoy!!!