ANTROPONOTAS DE NAYARIT

Por: Raul A. Mendez Lugo

La revolución social de 1910-1917 y los sueños de millones de mexicanos fueron asesinados y enterrados por los hacendados y ricos que nunca perdieron sus privilegios, ellos traicionaron el carácter social y popular de los cambios que se necesitaban en la primera mitad del siglo XX, ellos mataron por la espalda a Zapata, Villa y Magón, líderes que fueron consecuentes con sus ideales y no claudicaron hasta su muerte. Lázaro Cárdenas y sus intelectuales intentaron reivindicar algunos postulados de las heridas que había dejado la revuelta popular, pues un millón de muertos no se pudieron olvidar con la cabeza agachada, sintieron la presión y se repartió tierra, se amplió la educación y se expropió a los socios del antiguo régimen.



Con Ávila Camacho se abandonan las reivindicaciones y se fortalecen los nuevos ricos de México, durante veinticinco años se exprime al campo y con el sudor de millones de campesinos se benefician las ciudades y la naciente industria, hasta que esta situación truena y los hombres del campo no les queda otro remedio que migrar a los centros urbanos y más allá de la frontera, se extiende la pobreza por todos lados y se acaba el “milagro mexicano”; obreros, campesinos, maestros, médicos y ferrocarrileros salen a las calles a protestar y el gobierno se mancha una vez más las manos de sangre con los estudiantes solidarios en octubre de 1968. El principal implicado asume la presidencia y el movimiento campesino independiente tiene su mayor ascenso, los estudiantes se reorganizan y son masacrados nuevamente el jueves de corpus en 1971, los pobres aumentan en las ciudades y el campo, los indígenas sufren aún más la imposición de una política integracionista y discriminatoria, los desterrados regresan y los exiliados latinoamericanos son recibidos bajo el discurso hipócrita de la apertura echeverrista, el país se endeuda y empiezan las devaluaciones y el saqueo hace llorar a un López Portillo cuando se da cuenta que su gobierno es un verdadero fracaso por la corrupción y la demagogia, con él se acaba una generación de políticos mentirosos y ladrones que les importó un bledo el empobrecimiento de los mexicanos, haciendo millonarios a no más de una centena de familias en todo el país.


A partir de los años ochenta llega el neoliberalismo como ideología de estado, De la Madrid Hurtado se rodea de los intelectuales que organizarían la transición desafortunada que hoy estamos viviendo, unir de una vez por todas el poder político con el poder económico y crear un modelo al servicio de los grandes capitales y la venta al mejor postor de las riquezas del país, ante esto, los movimientos sociales y políticos se reorganizan y nacen las coordinadoras nacionales de los trabajadores del campo y la ciudad, la izquierda mexicana se unifica y se avanza en la reforma electoral, en ese contexto a Salinas y Zedillo no les queda otra cosa que entregarle el poder sin objeción alguna a los representantes de la ideología que jamás recordará la revolución asesinada, al contrario, se opondrá a sangre y fuego contra todo movimiento social y político que intente reivindicar los sueños históricos reprimidos de más de 50 millones de mexicanos. Por eso no nos debe quedar ninguna duda, que el bloque en el poder seguirá entregando el país a los privilegiados de ayer y hoy, aumentando sin ningún empacho la pobreza de los mexicanos, utilizando el discurso hueco de crear empleos, vivienda, salud y educación para los trabajadores, pues está conciente que si no crea eso, estaría prendiendo la mecha de un estallido social mayúsculo que acabaría con la tranquilidad y la existencia de los ricos beneficiarios de su modelo económico, político y social.


Nuestro actual gobierno y el que viene es parte de este modelo, fiel representante de los grandes capitales, incondicional de los intereses de empresarios e inversionistas que están adueñándose de todo el país, ellos son los que están comprando toda la costa, desde Sonora hasta Chiapas, desde Tamaulipas hasta Quintana Roo; es por eso que les interesa mucho hacer supercarreteras desde el desierto de Sonora hasta las selvas del sureste, con los impuestos de todo el pueblo, obras que sólo beneficiarán a los ricos inversionistas de México y del extranjero, unos cuantos titanes del turismo y el comercio internacional.

De la misma manera, México se ha vendido a más de 2000 empresas mineras de canadienses, norteamericanos, mexicanos y europeos, quienes están saqueando las riquezas y afectando gravemente el paisaje y el medio ambiente, éstos se unen a los empresarios ganaderos, agrícolas, constructores de vivienda y grandes tiendas comerciales. Con esta metodología entregarán el petróleo, la banca y lo más preciado de un pueblo: su patrimonio natural y cultural.

Lo que nos debe preocupar más, es que esta desenfrenada inversión y apoderamiento de los recursos de nuestro país, está pasando por encima de la ley, en muchos casos, por eso sería bueno que el Congreso de la Unión y los diputados revisen las manifestaciones y estudios de impacto ambiental que ha autorizado la SEMARNAT y la actuación de la PROFEPA, el respeto de las leyes de Asentamientos Humanos y Desarrollo Urbano, de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, las Leyes Estatales de Ecología y Medio Ambiente, la Ley del Seguro Social y la Ley Federal del Trabajo.

Por último, es importante preguntarse en donde están las conciencias críticas al interior y fuera de los gobiernos estatales, estoy claro que al interior no existen, pues los que tienen la capacidad intelectual mejor prefieren no ver nada y callar, son simplemente empleados que cuidan su sueldo quincenal y que solo obedecen órdenes superiores; los de fuera, una gran mayoría también prefieren guardar silencio por el sistema de coptación y patrocinio que ha instrumentado el gobierno, como es el caso de universidades, colegios de educación superior, asociaciones civiles, organizaciones gremiales, medios de comunicación, colegios de profesionistas, abogados, historiadores, periodistas, etc.

Los partidos políticos, organizaciones sociales y medios de comunicación que están concientes del grave problema que está viviendo nuestro país y, en particular, algunos estados, son las únicas esperanzas de defensa y protección que tiene la sociedad en general, de ellos dependerá que la problemática se conozca, se castigue a los responsables y se resuelva en beneficio de las mayorías y la nación entera.
Hasta la próxima...