Organización Editorial Mexicana
17 de enero de 2011
Diana Jiménez/El Sol de Puebla
Puebla, Pue.- Cansada de ver a su hijo encarcelado injustamente, la química y escritora Estela Alzaldua, de 80 años de edad, advirtió que se crucificará en el zócalo de la ciudad si las autoridades no le ofrecen una solución.
Por lo pronto, la señora se cosió los labios con hilo de sutura nylon para iniciar una huelga de hambre como medida de protesta.
"En un grito desesperado, decidió iniciar la huelga de hambre con los labios cosidos; piensa seguir tomando acciones como son la sutura de los párpados, de los oídos, y la crucifixión hasta que su hijo sea liberado, ya que no hay delito ni responsabilidad. Debe ser puesto en libertad inmediatamente", pidió el activista Antonio Fernández Sánchez, de la Alianza Fraternal Suprema en Defensa de los Derechos Humanos.
José Rafael Rentería Anzaldua, primogénito de la manifestante, fue acusado en 2001 por el delito de fraude fiscal por 13 millones de pesos, por lo cual enfrenta el proceso penal 15/2001 desde el Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Miguel, al que ingresó en agosto de 2008.
Según Fernández Sánchez, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público envió un documento al Juzgado Tercero de Distrito argumentando que en su sistema no hay registro de ningún adeudo y que por lo tanto no existe delito que perseguir.
Sin embargo, a pesar de que Rentería Anzaldua ya solicitó un amparo ante las autoridades federales para que pongan un orden constitucional, le fue negado.
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