NAYARIT, CAPITULO OCULTO DE LA GUERRA SUCIA.

 Jose Luis González López

(El Financiero, martes 23 de noviembre de 2004)

-ANTONIO ECHEVARRIA COBIJÓ EN SU EQUIPO A LOS REPRESORES DE LOS SETENTA.

Replicas del halconazo durante el mandato de Rogelio Flores Curiel.

Inicia las pesquisas la fiscalía encargada de crímenes del pasado.

JOSÉ REVELES*

La matanza de estudiantes del 10 de junio de 1971 tuvo una secuela con métodos similares en Nayarit, cuando fue gobernador de 1976 a 1982 el exjefe de la Policía capitalina, general Rogelio Flores Curiel.

En la fiscalía que investiga crímenes del pasado están ya los documentos y testimonios en los que se comprueba la participación de militares y policías, en activo y retirados, en la conformación y entrenamiento de los grupos que actuaron contra la comunidad universitaria, particularmente el 20 de febrero de 1979, cuando fueron asesinados tres empleados de la Universidad Autónoma de Nayarit.

Esa parte de la historia oculta de la guerra sucia pronto dará mucho de qué hablar, pues la fiscalía asumirá las pesquisas a partir de que se demostró que hubo intereses federales en esa represión nayarita; lo sorprendente, es que el tesorero del gobierno en esa época era Antonio Echevarría Domínguez, actual gobernador.

Echevarría fue apoyado por el Partido de la Revolución Democrática (y luego por Acción Nacional y el Partido del Trabajo coaligados) para acceder al gobierno, en el cual no ha dejado de participar con diferentes cargos hace más de 20 años.

Y hoy el PRD se dedica a apoyar las aspiraciones de la primera dama nayarita, Martha Elena García de Echevarría, para suceder a su esposo. Esta postura incongruente de las dirigencias estatal y nacional perredistas que avalan “el autoritarismo, la corrupción y las pretensiones dinásticas de la familia Echevarría” están formalmente denunciadas ante la Comisión Especial Investigadora contra la corrupción del PRD, presidida por el exconsejero electoral Jaime Cárdenas.

EU EN EL ENTRENAMIENTO.

Por lo que hace a la represión de Flores Curiel en Nayarit – perdió la elección con Alejandro Gascón Mercado, pero una concertacesión en las cúpulas del PRI y PPS le otorgó la silla estatal-, en reportes firmados por Javier García Paniagua y Miquel Nazar Haro cuando eran directores  de la Federal de Seguridad (1978 y 1979), se  alude  al teniente José de Jesús Guerrero como instructor de los paramilitares, según volantes distribuidos en la época bajo el título “La Universidad en la hora de Los Halcones”.

Nazar cita el texto de denuncias –reporte del 15 de enero de 1979, cuya copia tiene EL FINANCIERO, - donde se cita a Guerrero como “egresado del Colegio Militar que realizó estudios de especialización en campos de entrenamiento que controla el gobierno estadounidense en Guerrero y Oaxaca”.

Entre sus principales colaboradores se mencionaba a Gonzalo García, Andrés Cabello, Nabor e Ismael Ramírez Valdez, cuya encomienda central era hostigar a trabajadores y estudiantes.

     Guerrero ya declaró ante la Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) y quedó claro era militar en activo cuando participó en la represión; que dependía del capitán Marco Antonio Meza Barajas, cuyo hermano Adán es secretario de Gobierno.

En la administración de Echevarría retornaron los represores de los setenta, denuncia José Luís González López, dirigente estudiantil en la época: Petronilo Díaz Ponce, rector de la Universidad Autónoma de Nayarit, fue nombrado delegado del ISSSTE (pero ya fue removido gracias a las protestas). Un jefe de paramilitares, Héctor Béjar Fonseca, es hoy presidente del Consejo Estatal Electoral, es decir, “de represor a guardián de la democracia”.

En un escrito a la Femospp, González López afirma que “se puede establecer una línea de continuidad  que relaciona la conducta de Rogelio Flores Curiel el 10 de junio de 1971 como jefe de la Policía del DF, con la conducta desplegada durante su gestión como gobernador de Nayarit.

Como activista del PRD denunció la corrupción del partido, que le ha dado su apoyo a los represores de Nayarit, y se ha empeñado en localizar huellas de los actos represivos de los setenta en ese estado.

EXILIO Y DIFAMACION.

 Por denunciar “la corrupción de los perredistas aliados con Antonio Echevarría”, porque “han vendido las candidaturas”, porque “no entregan cuentas del manejo de dinero” y porque “mantienen en nómina a profesionales del partido”, José Luís González López fue virtualmente expulsado de Nayarit.

“Fue devastadora la respuesta dada por el aparato del estado  y sus lacayos perredistas”, escribió a la Comisión Especial Investigadora contra la Corrupción del PRD.

En respuesta, acusaron a su hijo de “terrorista”, de ruso buscado por el FBI (nació en la extinta Unión Soviética, donde José Luís estudió y se casó); a su esposa se le prefabricaron delitos y a él mismo se le imputó ser “torturador agente de la KGB, de intentar poner una bomba en una escuela, de estar a punto de unirme a Marcos y de tener encerrada 15 días a una mujer de la que estoy divorciado desde 1983 y a la que utilizaron”.

Incluida la imputación  de “enviar armas a Marcos” en Chiapas, al denunciante y su familia se les han iniciado ocho procesos en estos años, fue detenido en dos ocasiones, su hijo encarcelado y su esposa perseguida. Los escándalos en torno al PRD en el Distrito Federal  son nada frente a lo que este partido ha hecho en Nayarit, afirma González López.

*José Reveles Morado, Premio Nacional de Periodismo 2001. (El Financiero, martes 23 de noviembre de 2004)